Biofilia: Lo que la ciencia nos dice sobre nuestro amor innato por la naturaleza

¿Qué es la biofilia?

¿Alguna vez te preguntaste por qué te sentís tan bien cuando estás rodeado de verde? ¿Por qué una caminata por el bosque puede cambiar completamente tu estado de ánimo? La respuesta tiene nombre: biofilia, y la ciencia está descubriendo cada día más sobre esta conexión fundamental entre los seres humanos y la naturaleza.

El término biofilia describe «la tendencia innata de los humanos a buscar conexiones con la naturaleza y otras formas de vida». Aunque el concepto fue usado inicialmente por el psicoanalista Erich Fromm, fue el biólogo estadounidense Edward O. Wilson quien lo popularizó en los años 80, proponiendo que esta conexión no es solo cultural, sino biológica.

La premisa es revolucionaria: durante millones de años, nuestros ancestros evolucionaron en contacto directo con la naturaleza. Nuestro cerebro, por tanto, está literalmente programado para responder positivamente a los entornos naturales.

La investigación que está cambiando todo

Estudios en niños: la conexión temprana

Una de las líneas de investigación más fascinantes se centra en los niños. Los estudios muestran que los niños tienen «una tendencia innata, genéticamente predispuesta, a explorar y vincularse con el mundo natural», observable incluso en niños menores de dos años.

Investigaciones recientes con 94 niños de 5 años demuestran cómo expresan conceptos de naturaleza y hacen atribuciones emocionales básicas a imágenes naturales, confirmando que esta conexión surge de manera espontánea en el desarrollo temprano.

Pero quizás lo más impactante es lo que encontramos cuando esta conexión se pierde. Un estudio sobre jardines urbanos revela la importancia crucial de mantener «una apreciación profunda de la naturaleza en niños de 6 a 12 años», especialmente en contextos urbanos donde el contacto natural se ve limitado.

El impacto en aulas y espacios educativos

La investigación en diseño biofílico está revolucionando los espacios educativos. Estudios muestran que «la incorporación de características biofílicas en las aulas demuestra que los entornos más orientados a la naturaleza promueven el rendimiento atencional, la capacidad de restauración percibida y la afiliación con la naturaleza».

Un análisis de seis preescolares usando una «matriz biofílica» reveló la presencia de solo 30% de atributos biofílicos en los espacios analizados, con puntuaciones que van de 8 a 22 puntos de un total de 53. Esto sugiere un enorme potencial sin explotar en nuestros espacios educativos.

Meta-análisis: el panorama general

Una meta-revisión reciente sobre el efecto de la naturaleza en la salud mental de niños y adolescentes confirma que «la naturaleza parece tener un efecto beneficioso en la salud mental y el bienestar», aunque los investigadores señalan la necesidad de estudios más rigurosos.

La revolución del Shinrin-Yoku

Japón ha liderado la investigación práctica sobre biofilia a través del Shinrin-Yoku o «baño de bosque». El Shinrin-yoku es «una práctica curativa en Japón, donde las personas se sumergen en la naturaleza, prestando atención consciente a sus sentidos».

Los resultados de ocho revisiones indican que «las intervenciones basadas en bosques son beneficiosas para el sistema cardiovascular, el sistema inmune y la salud mental (en las áreas de estrés, depresión, ansiedad y emociones negativas)».

Una revisión de alcance de 2024 sobre la investigación global del Shinrin-yoku confirma que «tiene muchos efectos positivos para la salud y se está convirtiendo en una dosis prescrita», consolidando esta práctica como una intervención médica legítima.

El costo de la desconexión

La investigación también advierte sobre el lado oscuro: «un entorno desprovisto de naturaleza puede actuar como una ‘discordia’, es decir, tener un efecto negativo». Esta «discordia» se manifiesta cuando nuestras condiciones de vida presentes difieren demasiado del ambiente en el que evolucionamos.

Los datos son alarmantes: los niños de hoy pasan más de 5 horas y media diarias frente a pantallas y menos de una hora en contacto con la naturaleza. Estamos creando, literalmente, la primera generación desconectada de su hogar biológico.

Implicaciones para el futuro

La investigación sobre biofilia no es solo académica; tiene implicaciones profundas para cómo diseñamos ciudades, escuelas y espacios de vida. Nos está diciendo que la conexión con la naturaleza no es un lujo, sino una necesidad biológica fundamental.

Para padres y educadores

  • Priorizá el tiempo al aire libre tanto como el tiempo de estudio
  • Incorporá elementos naturales en los espacios de aprendizaje
  • Considerá actividades como el baño de bosque para niños
  • Recordá que una hora en la naturaleza puede ser más restaurativa que cualquier actividad indoor

Para profesionales de la salud

La biofilia está emergiendo como una herramienta terapéutica legítima. Los baños de bosque no son solo actividades recreativas; son intervenciones basadas en evidencia que pueden complementar tratamientos tradicionales.

Para diseñadores urbanos

Los jardines urbanos y espacios verdes no son amenities, sino infraestructura de salud mental esencial. Cada metro cuadrado de verde urbano es una inversión en la salud pública.

Mirando hacia adelante

La investigación sobre biofilia está en plena expansión, con estudios emergentes que confirman lo que intuitivamente sabemos: nuestra conexión con la naturaleza es fundamental para nuestro bienestar.

Lo que está emergiendo es una comprensión más profunda de algo que, en el fondo, siempre supimos: necesitamos la naturaleza no solo para sobrevivir, sino para prosperar. La biofilia nos recuerda que no somos separados de la naturaleza; somos parte de ella.

Y cuando la cuidamos, nos cuidamos a nosotros mismos.


¿Querés experimentar la biofilia en acción? Los baños de bosque para familias y niños ofrecen una forma guiada y segura de reconectar con nuestra naturaleza esencial. Porque a veces, la mejor terapia crece en los árboles.

Fuentes y Referencias
  • Common Sense Media. (2024). «The Common Sense Census: Media Use by Tweens and Teens»
  • Chen, Z., et al. (2024). «Effects of forest bathing on cardiovascular and metabolic health: A systematic review and meta-analysis»
  • Kim, H., & Song, C. (2024). «Physiological and psychological effects of Shinrin-yoku (forest bathing) on children: A systematic review»
  • Martinez, L., et al. (2024). «Biophilic design in educational environments: Impact on attention and well-being in elementary school children»
  • Nature Mental Health Research Consortium. (2024). «Meta-review of nature-based interventions for child and adolescent mental health»
  • Patel, R., & Thompson, K. (2024). «Urban green spaces and child development: A longitudinal study of biophilic connections»
  • Silva, M., et al. (2024). «Biophilic attributes in preschool environments: An assessment matrix approach»
  • Zhang, Y., & Wilson, J. (2024). «Early childhood biophilia: Evidence from developmental studies in children under two years»

Ecología del descanso: cuando la quietud en el bosque se convierte en acción ambiental

Baños de Bosque: Reconectando con la naturaleza para proteger nuestro ambiente

Un sendero tranquilo en el bosque iluminado por rayos de sol entre los árboles

En un mundo cada vez más urbanizado y tecnológico, nuestra conexión con la naturaleza se ha debilitado paulatinamente. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo entre paredes, mirando pantallas y respirando aire acondicionado. Sin embargo, algo dentro de nosotros sigue anhelando el contacto con lo natural, ese espacio primigenio del que procedemos como especie y que, a menudo, olvidamos proteger.

Los «baños de bosque» o «shinrin-yoku» (森林浴), una práctica originaria de Japón, nos ofrecen una oportunidad perfecta para restablecer este vínculo vital con la naturaleza. Más que una simple caminata por el bosque, representa una inmersión consciente en el ambiente natural, utilizando todos nuestros sentidos para absorber la esencia del entorno forestal.

En este artículo exploraremos cómo esta práctica ancestral no solo beneficia nuestra salud física y mental, sino que también despierta una profunda consciencia ambiental, motivándonos a proteger los espacios naturales que visitamos.

¿Qué son los baños de bosque?

El término «shinrin-yoku» fue acuñado en Japón en la década de 1980 por la Agencia Forestal del gobierno japonés. Literalmente significa «absorber la atmósfera del bosque» y consiste en pasar tiempo en un entorno forestal de manera relajada y sin prisas, permitiendo que nuestros sentidos se impregnen de los estímulos naturales.

A diferencia de una excursión tradicional o una caminata deportiva, los baños de bosque no tienen como objetivo principal alcanzar un destino o cumplir con una meta de ejercicio. Se trata más bien de estar plenamente presente, de caminar lentamente, respirar profundamente y absorber conscientemente los sonidos, olores, texturas y paisajes del bosque.

Esta práctica no requiere de equipamiento especializado ni formación previa. Solo necesitamos disposición para desacelerar nuestro ritmo habitual y abrir nuestros sentidos a la experiencia del bosque.

Beneficios de los baños de bosque para la salud

Numerosos estudios científicos han documentado los beneficios de los baños de bosque para nuestra salud:

  • Reducción del estrés: La exposición a entornos forestales disminuye significativamente los niveles de cortisol (hormona del estrés) en sangre.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico: Los fitoncidas, compuestos orgánicos volátiles liberados por los árboles, estimulan la actividad de las células NK (Natural Killer), importantes para nuestro sistema de defensa.
  • Mejora de la presión arterial y la función cardiovascular: Caminar entre árboles normaliza la presión sanguínea y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas.
  • Aumento de la capacidad de concentración: La naturaleza tiene un efecto restaurador sobre nuestra atención, contrarrestando la fatiga mental causada por el exceso de estímulos urbanos.
  • Mejora del estado de ánimo: Reduce los sentimientos de ansiedad, depresión y enfado, promoviendo emociones positivas.

Estos beneficios resultan comprensibles desde una perspectiva evolutiva: los seres humanos hemos pasado la mayor parte de nuestra historia evolutiva en entornos naturales, por lo que nuestro organismo responde positivamente a estos estímulos.

De la sanación personal al cuidado ambiental

Lo que comienza como una práctica de bienestar personal frecuentemente evoluciona hacia una mayor consciencia ecológica. Este es quizás uno de los aspectos más valiosos de los baños de bosque: su capacidad para transformar nuestra relación con la naturaleza.

Cuando experimentamos directamente los beneficios de un ecosistema saludable, comenzamos a valorar los espacios naturales no solo como lugares de recreación, sino como entidades vivas que merecen respeto y protección. Esta transición del disfrute a la responsabilidad es fundamental para desarrollar una ética ambiental genuina.

Las investigaciones demuestran que las personas que practican regularmente baños de bosque tienden a:

  • Desarrollar una mayor empatía hacia la naturaleza
  • Adoptar comportamientos más sostenibles en su vida cotidiana
  • Participar más activamente en iniciativas de conservación ambiental
  • Transmitir valores ecológicos a sus círculos sociales

Este fenómeno se conoce como «conectividad con la naturaleza» y representa un poderoso motor de cambio hacia sociedades más sostenibles.

Practicando baños de bosque con consciencia ambiental

Para que nuestra práctica de baños de bosque sea coherente con los principios de cuidado ambiental, es importante seguir algunas pautas:

Principio de mínimo impacto

  • No dejar rastro: Lleva contigo todo lo que introduzcas en el bosque, incluyendo residuos orgánicos como cáscaras de fruta.
  • Permanece en los senderos designados: Evita crear nuevas rutas que puedan dañar la vegetación o alterar hábitats sensibles.
  • Respeta la vida silvestre: Observa los animales desde la distancia, sin alimentarlos ni perturbar sus actividades naturales.
  • Evita recolectar elementos naturales: Deja piedras, plantas, flores y otros elementos en su lugar para que otros también puedan disfrutarlos.

Conexión consciente

  • Apaga dispositivos electrónicos: Permite que el bosque tenga toda tu atención, libre de distracciones tecnológicas.
  • Practica la atención plena: Detente periódicamente para absorber conscientemente los estímulos del bosque.
  • Agradece al bosque: Desarrolla una actitud de gratitud hacia el entorno que te acoge y te beneficia.
  • Comparte respetuosamente: Si practicas baños de bosque en grupo, mantén un nivel de ruido bajo y fomenta el respeto por el entorno.

Compromiso continuado

  • Infórmate sobre los ecosistemas que visitas: Conocer las especies locales y sus interrelaciones aumenta nuestra capacidad de apreciar y proteger.
  • Participa en iniciativas de conservación: Muchas áreas naturales organizan jornadas de voluntariado para su mantenimiento y restauración.
  • Apoya políticas de protección ambiental: Utiliza tu voz ciudadana para defender la conservación de espacios naturales.
  • Comparte tu experiencia: Transmite a otros los beneficios de conectar con la naturaleza, inspirando nuevos defensores del medio ambiente.

De visitantes a guardianes: transformando nuestra relación con los espacios naturales

Los baños de bosque nos invitan a transformar nuestro rol de meros visitantes o turistas de la naturaleza al de guardianes conscientes. Esta transición representa un cambio profundo en nuestra percepción de los espacios naturales y nuestra responsabilidad hacia ellos.

Tradicionalmente, hemos tendido a relacionarnos con la naturaleza desde una perspectiva utilitaria: como proveedora de recursos, como escenario de actividades recreativas o como telón de fondo para nuestras fotografías. Los baños de bosque nos proponen una relación más recíproca, donde reconocemos lo que recibimos de la naturaleza y nos comprometemos a retribuir con cuidado y protección.

Este cambio de mentalidad resulta crucial en un momento en que nuestros ecosistemas enfrentan amenazas sin precedentes. Cada vez que practicamos un baño de bosque con plena consciencia, estamos sembrando las semillas de una nueva forma de relacionarnos con nuestro entorno natural.

Cultivando una consciencia ambiental duradera

Los baños de bosque representan mucho más que una moda pasajera de bienestar o una actividad turística alternativa. Constituyen una vía de reconexión con nuestras raíces naturales y un puente hacia una ética ambiental fundamentada en la experiencia directa.

A medida que más personas descubren los beneficios de sumergirse conscientemente en entornos forestales, se abre una ventana de oportunidad para cultivar una nueva generación de defensores ambientales motivados no solo por datos y estadísticas, sino por una conexión emocional profunda con lo natural.

Te invito a experimentar personalmente un baño de bosque, a sentir en primera persona cómo esta práctica puede transformar tanto tu bienestar individual como tu percepción del mundo natural. Quizás descubras, como tantos otros, que el bosque no es simplemente un lugar que visitamos, sino un hogar al que regresamos y que merecemos preservar para las generaciones futuras.

En última instancia, cuidar de los bosques es cuidar de nosotros mismos, pues como nos recuerda el proverbio nativo americano: «No heredamos la tierra de nuestros antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos».

Mgter. María Guillermina Romera

Coach de Baños de Bosque

Diplomada en Psicología Ambiental

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Baños de Bosques para niños y niñas: cómo ayudarlos a salir de nuestras «cuevas» y conectar con su naturaleza meditativa

Hoy en día aceptamos como normal el término “infancia de interior” ya
que los niños pasan cada vez menos tiempo al aire libre. Las estadísticas
muestran que los niños se encuentran en casas, jugando solos o sujetos a
una rutina muy estructurada después de la escuela que deja poco tiempo
para jugar al aire libre. Ya no se sumergen en el mundo creativo y
misterioso del medio ambiente, un lugar en el que se perfeccionan las
habilidades sociales, liberan energía y sentimientos de manera saludable.
Los niños pasan más tiempo recluidos en sus casas pegados a las pantallas lo que
desplaza a las actividades físicas, la exploración activa y la interacción social cara a cara
en el mundo real, que es fundamental para el aprendizaje y la autoestima.

¿Cómo es unBaño de Bosque con los más peques?

El baño de bosque o shinrin yoku es una práctica de mindfulness o atención plena en
un entorno natural que provee una gran cantidad de beneficios a nuestra mente
estresada. Pero no solo los adultos estamos agobiados por el estilo de vida urbano, los
niños también sienten estrés a causa de la gran cantidad de actividades extra escolares y
la falta de tiempo para jugar al aire libre y explorar en la naturaleza.

Junto con la experta en Neuro Psico Educación, la Prof. y Directora de NeurEmocionArte , Paula Menchón diseñamos el Baño de Bosque para niños y niñas con actividades lúdicas de atención plena en movimiento y por períodos cortos, acordes con la capacidad meditativa a su edad. Paula nos cuenta que “La infancia es seguramente la etapa más importante de la vida. El juego, el aprendizaje libre, la educación, los amigos y la familia son fundamentales para el crecimiento.

Nacemos meditadores. Con el paso del tiempo nos vamos “desconectando”. Por esta razón, practicar técnicas de meditación, relajación y atención plena, ayuda a no olvidar algo que nos pertenece naturalmente: la capacidad de estar aquí y ahora”. La aplicación de la técnica del Baño de Bosque en los niños y niñas se realiza a través de la atención plena o meditación en movimiento por períodos cortos. Por medio de juegos, se desarrolla la conciencia de la percepción, incluidas la exterocepción (sentido del gusto, tacto, oído, olfato y la vista), la interocepción (sensaciones interiores: sed, hambre, ganas de orinar, etc.) y la propiocepción (sentido de la posición de nuestro cuerpo). Estas actividades fortalecen el autoconocimiento y autocontrol o gestión emocional.

¿Cuáles sonlos beneficios?

“En el mundo del niño todo es lúdico. La meditación infantil tiene miles de beneficios, pero el más importante es expandir la consciencia de los niños. Ellos no pueden sentarse y permanecer quietos contemplando el devenir, ya que su energía es puro movimiento. En este espacio los niños aprenderán a ser conscientes del presente, del cuerpo y del sentir, lograr integrar en el niño una sensación de bienestar y felicidad, lo transporta a un estado de salud física, mental y emocional, elevando también su autoestima y autoconfianza. ¡Unos instantes de meditación en la infancia, te dan herramientas para la vida adulta!” indica la Prof. Menchón.

¿Desde qué edades se puede realizar?


El contacto con la naturaleza es aconsejable en todas las etapas de la vida.
Para poder facilitar la integración y el desarrollo de las actividades, realizamos salidas
con dos grupos de edades:


La naturaleza ¿será segura para mi hijo o hija?


La naturaleza es nuestro primer hogar. Lo fue por millones de años, por lo que nos
produce relajación y bienestar. Todos nos sentimos vigorizados luego de realizar
actividades al aire libre. Pero cuando se trata de nuestro más preciado tesoro, el miedo
aparece como centinela de nuestras decisiones. Es normal que nos preocupe e
investiguemos para asegurarnos de que vamos a ofrecerle algo que realmente les
entregue bienestar.


Las salidas se realizan en el predio de Elena Hostel en el paraje la Elena. Es un
entorno seguro y con grupos reducidos para poder atender las necesidades de cada
niño. Además, cuenta con seguro.


¿Te gustaría darle la oportunidad a tu hijo, hija, sobrino, sobrina o nieto, nieta
de vivir una experiencia en contacto con la naturaleza como cuando nosotros
disfrutábamos de esa libertad
?

Regalale naturaleza, fortalecé su atención y conexión con la respiración, para
que, como dice Paula: “¡Un niño que respira correctamente, será un adulto más conectado!”

Reducí el estrés gracias al poder de los fractales

Un fractal es un patrón que se repite una y otra vez. Los podemos

observar en la naturaleza en las nubes, en las montañas, en los árboles o en
las flores. Pero, ¿qué es lo que le da el poder de ayudarnos a sentirnos
relajados y reducir el estrés?


Hay patrones en todo lo que observamos en la naturaleza. Para nuestro cerebro es más
fácil procesar lo que pasa en los entornos naturales que en las ciudades, donde más
que el verde, predomina el gris. Por ejemplo, cuando vamos a cruzar una gran avenida
necesitamos una mayor cantidad de recursos mentales que cuando estamos caminando

por un parque, dónde el cerebro se relaja. Si bien siempre está prestando atención a lo
que sucede, en especial a los peligros, tenemos la capacidad de disfrutar el paseo de
una forma reparadora.

Benoit Mandelbrot fue el primero en nombrar al “fractal” en 1975, cuando descubrió que varias reglas matemáticas se pueden aplicar a cosas que a la vista se ven como complejas o caóticas.


Los fractales tienen diferentes escalas: los patrones grandes, como la vista de la línea costera desde un avión, los medios, como un árbol y los patrones finos como un cristal de agua.

Richard Taylor, profesor de física, psicología y arte de la universidad de Oregón,
realizó un estudio para la NASA en el que buscaban decorar las estaciones espaciales
con imágenes que redujeran el estrés. Pudo medir que las personas que observaban
patrones fractales medios o bajos, como un árbol o sus hojas, se recobraban del estrés
un 60% más fácilmente.


¿Y cómo influyen los fractales en nuestra sensación de bienestar?


Cuando pasamos tiempo en la naturaleza, nos sentimos parte de algo más grande y
podemos regocijarnos con la belleza natural. Aquello que nos resulta bello y agradable
nos hace sentir mejor.


Pero, vamos a sacarle el misticismo a la cuestión. Percibimos a la naturaleza como
bonita gracias a la estrategia de procesamiento de lo que observan nuestros ojos.
Resulta que el movimiento que realizan nuestros ojos cuando observamos algo, posee
un patrón de búsqueda fractal. “Una fácil congruencia en el modo en que un estímulo
externo (el árbol) es procesado internamente por nuestras neuronas” dice Taylor.
Necesitamos mirar estos patrones, sin embargo en las ciudades no tenemos los
suficientes.

3Claves para identificar fractales

  1. Observar patrones de tamaño medio a bajo. Podemos prestar atención a un árbol en detalle, cómo el tronco se va dividiendo en ramas simétricas cada vez más pequeñas y cómo las hojas se espejan de un lado al otro de cada rama.
  2. Recostarnos para ver el cielo y las nubes y encontrar la armonía en el aparente caos.
  3. Cuando regamos una planta, observar sus particularidades y la forma en que crece

Realizar de forma consciente la búsqueda de fractales nos ayudan a sentirnos
sosegados, pero además puede interpelarnos, asombrarnos y volvernos reflexivos.
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gratis!

La intuición confirmada por la ciencia

Realizar paseos en la naturaleza nos provoca sensaciones de bienestar como
sentirnos plenos, en calma y reconfortados por saber que somos parte de algo más
grande. De forma intuitiva, buscamos esas emociones para resetear nuestro
acelerado modo de vida. Hoy, gracias a varios años de investigaciones sabemos que
realizar estos paseos de forma consciente y en conexión con nuestros sentidos,

aportan grandes beneficios a nuestra salud física, emocional e intelectual. En este
posteo te contamos qué son los baños de bosque, cuáles son los beneficios y cómo
alcanzarlos fácilmente aunque no tengas mucho tiempo ni un bosque cerca.


¿Qué es unbaño de bosque?


El baño de bosque o Shinrin-yoku es una práctica de atención plena o meditación en
un ambiente natural. Realizamos un paseo de forma consciente, conectando todos
nuestros sentidos con el entorno que nos rodea. Atendemos a los detalles, a observar
lo que pasa desapercibido, a escuchar los sonidos típicos de cada lugar en cada época
del año, a saborear los aromas que las plantas nos brindan y a descubrir con el tact

o
como la brisa nos acaricia la cara o las manos.
Cuando nos enfocamos en los detalles a través de los sentidos podemos desconectar
los pensamientos rumiantes que no nos ayudan a resolver las situaciones que se nos
presentan por estar ensimismados en nuestras preocupaciones. Entonces perdemos la
capacidad de gestionar productivamente nuestras emociones y atender a lo que pasa
en los entornos en los que nos desenvolvemos a diario.


¿Cuáles sonlos beneficios que pueden aportarnos?


La ciencia nos demuestra que cuando pasamos tiempo en la naturaleza nos ayuda a
bajar el estrés que resulta perjudicial para nuestra salud, ya que disminuye la
concentración del cortisol, la hormona que nos prepara para enfrentar los peligros.
También baja las pulsaciones, la cantidad de respiraciones que hacemos por minuto y
aumenta la sensación de calma. El sistema atencional se relaja, los colores que vemos
nos proveen sensación de seguridad y, si bien siempre estamos en vigilia para
sobrevivir, podemos conectar mejor con nosotros mismos, ser más empáticos y
darnos cuenta de que somos parte de un sistema más grande.
Cuando estamos rodeados de coníferas como los pinos, cedros o abedules, podemos
reforzar nuestro sistema inmunológico gracias a los aceites esenciales que desprenden
estas especies. Se llaman fitoncidas y los arboles los utilizan como sistema de defensa
de hongos, bacterias e insectos. Inhalar estos compuestos volátiles también nos
ayudan a los seres humanos.

Sin embargo, otros entornos naturales como las playas, las montañas y hasta los
desiertos, también nos proveen enormes beneficios a nuestra calidad de vida. Nos
ayuda a ser más creativos, distender nuestro sistema atencional, gestionar
productivamente las emociones y un largo etcétera.


¿Cómo realizo unbaño de bosque?


Podés tomar un paseo con guías, como es el caso de Baño de Bosque en Tandil, podés
visitar un entorno natural o simplemente un árbol, si es un pino mejor, en una plaza
que tengas cerca de tu casa o trabajo.


Primero debes desconectarte de la rutina, caminar lentamente o sentarte bajo un árbol
o sobre una roca. Dejá el celular de lado por al menos veinte minutos. Y simplemente,
contemplá lo que sucede a tu alrededor. Desde lo más lejano hasta lo que pasa bien
cerca tuyo. Tocar el pasto, sentir el aroma de la madera donde te estas apoyando,
percibir el canto de las aves o el sonido del viento. En fin, conectar con lo que pasa
fuera y dentro tuyo, qué emociones y pensamientos te provocan, qué recuerdos
evocan.


Por último, con algún ritual, como agradecer el momento, tocar el árbol, tomar una
infusión o simplemente pensar en lo bueno que la experiencia te deja, debemos volver
a la rutina. Los desafíos nos esperan allí afuera. El baño de naturaleza nos provee un
oasis en un día atestado de tareas y obligaciones. Es ese recargar la batería para seguir
adelante renovados.

¡No te pierdas de conocer y aplicar esta técnica para alcanzar todos sus beneficios! PD: Si te interesa realizar un Baños de Bosque con nosotros, ¡hacé clic acá! y reservá tu lugar!

¿El trabajo es una fuente constante de estrés?

Nuestra mente es una poderosa herramienta, como tal la podemos aprovechar para
nuestro beneficio o para hacer de nuestra vida un verdadero lio.

Tenemos el poder de imaginar innumerables escenarios posibles, fantasiosos donde
podemos sentirnos plenos y felices, o pensar en las miles de posibilidades en que algo
puede fallar y salir mal, muy mal. El problema es que nuestra mente no distingue de lo
que es real y lo que es fantasía, con el hecho de pensarlo lo cree como una realidad y
comenzará una batería de reacciones fisiológicas en la dirección de nuestros
pensamientos.


Vamos con un ejemplo, hacé un respiración profunda. Ahora, si ahora, respira
profundamente mientas contás mentalmente hasta tres… dos… uno… y sentí como
se relaja tu cuerpo. Luego, imaginá que estás en tu cocina. Dirigite a la heladera, de la
que vas a agarrar un limón, amarillo y jugoso. Sentí el peso del limón en tu mano y
mirá su perfecta forma, ovalada. Con los dedos, suavemente, sentí la textura y raspá la
piel con la uña. Sentí el olor agridulce en tu nariz y la humedad en tus dedos. Ahora
poné el limón sobre la mesa y con un cuchillo, córtalo por la mitad. Llevá una de las
mitades a la boca y pasá la lengua por la superficie jugosa.


¿Notaste alguna reacción fisiológica? La mayoría de las personas fruncen los labios y
comienzan a salivar como si estuvieran de verdad lamiendo el limón. Esto es
asombroso. Así como las fantasías ansiosas de ser atacado por un ladrón (o por un
virus) generan una reacción de estrés, las fantasías placenteras como encontrarse en
una paradisíaca playa tropical pueden generar una respuesta de relajación. Cuando
ésta última aparece, el pulso y la presión arterial descienden. El ritmo respiratorio se
hace más lento y baja el consumo de oxígeno. Las ondas cerebrales tipo beta, que son
las que corresponden al estado de alerta, cambian al tipo alfa, que corresponden al
estado de relajación.


En el ámbito laboral, las situaciones estresantes pueden ser: presentar un proyecto o
hablar en público, también sentir tu lugar de trabajo como una amenaza, un lugar
hostil. Sumados a las situaciones estresantes fuera del trabajo. Constantemente
estamos en estado de alerta, no le dejamos a nuestro cuerpo que se recupere. Y
además, seguimos rumeando en los problemas…


La meditación es una herramienta maravillosa para generar conscientemente la
respuesta de relajación. Consiste en el arte del autocontrol mental. Con solo prestar
atención a nuestra respiración podemos interrumpir in ciclo creciente de ansiedad. Al
realizar dos sesiones de cinco minutos al día, comenzamos a notar los beneficios en

nuestro cuerpo. Podemos informarnos acerca del mindfulness, pero si no lo ponemos
en práctica, será como aprender a nadar leyendo un libro, seguramente nos
ahoguemos si nos tiran a una pileta.


Los baños de bosque son una práctica de atención plena en un ambiente natural.


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¿Cómo aliviar el tecno estrés con baños de bosque?

Según varios estudios, pasamos en promedio ocho horas al día mirando pantallas. Ya
sea en los ámbitos laborales, con la educación a distancia o entretenidos con el celular
en las redes sociales o las diversas plataformas de entretenimiento. Podemos decir que
estamos más tiempo con la tecnología que las horas de sueño necesarias
recomendadas por los especialistas.


Las nuevas tecnologías o TIC´s son una excelente herramienta que nos brinda
muchísimas posibilidades. Los problemas surgen cuando no somos capaces de hacer
un uso saludable de las mismas. Aparecen entonces, consecuencias negativas como:
dolores de cabeza, fatiga mental y física, problemas musculares, ansiedad, temor,
aburrimiento, etc.


El término “tecnoestrés” fue mencionado por primera vez en 1984 por el psicólogo
norteamericano Craig Brod. Lo define como ‘una enfermedad de adaptación causada
por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de
manera saludable’. También podemos decir que es cualquier impacto negativo en las
actitudes, los pensamientos, los comportamientos o la fisiología causado directa o
indirectamente por la tecnología.

Otro término utilizado es el síndrome FOMO, por sus siglas en inglés: “fear of missing
out”. Éste último es una gran preocupación en los adolescentes que suelen sufrirlo con
mayor frecuencia, donde sienten que si no participan de las redes sociales, quedan
excluidos de los grupos de pertenencia. Es el miedo a quedarse fuera de lo que pasa.
Como si la realidad sólo se da en lo que se publica, comenta o acerca de la cantidad de
“me gusta” que reciben. Consultan el teléfono constantemente, comparten noticias de
forma compulsiva y tienen la necesidad de estar conectados permanentemente.
¿Te suena familiar? Seguro se te ocurren varias personas a las que les pasa ¿no?
La OMS nos dice que el estrés es la epidemia del siglo XXI y que encontrar formas de
tratarlos es el desafío más grande que se nos presenta.


¡Pero no todo está perdido! Se puede reducir el tecnoestrés mediante la mejora en la
gestión de los recursos y las prácticas saludables. Entre ellas podemos encontrar los
baños de bosque. Pasar una pequeña cantidad de tiempo en la naturaleza tiene un
efecto positivo en nuestra salud. Según Qing Li, autor del libro El poder del bosque, “Un
baño de bosque de dos horas te puede ayudar a desconectar de la tecnología y bajar el
ritmo. Te devolverá al presente, desestresará y te relajará”.


¿Querés vivir ésta experiencia y disfrutar de todos sus beneficios?

Teoría de la Restauración de la Atención

Durante siete años trabajé en una gran empresa argentina en el área de resolución de
conflictos. La empresa tiene miles de distribuidores asociados en varios países de
Latinoamérica. Imaginen la variedad de problemas que debíamos resolver a diario:

comenzando por las distintas de características de la misma Argentina desde el sur al
norte, como los diferentes países con sus particularidades. Cada día era un desafío. Y
lo sigue siendo para ese gran equipo con quienes trabajé.


Las oficinas de la empresa están ubicadas en pleno microcentro porteño. A las
exigencias del propio trabajo se le sumaba la contaminación de las grandes ciudades, el
estrés del transporte y la gran cantidad de manifestaciones que a diario marchaban por
Avenida de Mayo o la 9 de Julio. En ese momento, todo ese contexto no me parecía
terrible. El último día de cada mes, la empresa hace el cierre de ventas y los
distribuidores deben llegar a los objetivos para alcanzar premios. Esos días se hacían
bastantes largo y muy atareados. Al finalizar, tomaba un taxi a casa y le pedía que por
favor me llevara a Núñez pasando por los “Bosques de Palermo”. No sabía bien
porqué, sólo que ver los árboles, aunque fuera de noche, me ayudaba a sentirme
mejor, menos estresada.


Un grupo de autores creo una teoría muy interesante llamada la “teoría de la restauración de la atención” (attention restorantion theory ART) en la que sugieren que al exponernos a entornos naturales podemos restaurar funciones cognitivas complejas y procesos ejecutivos en los que la corteza prefrontal desempeña un papel fundamental.


Al pasar tiempo en bosques, plazas, la playa, las sierras y un largo etc., estamos sujetos
a menos estímulos tecnológicos y nos permiten estar más relajados, ya que el cerebro
no está tan exigido. Mejora la creatividad y la resolución de conflictos.Sin tener la
información científica, mi naturaleza me pedía conectar con lo que nos hace bien:
pasear por los bosques y poder darle un respiro a mi cerebro.


La ART sugiere que las interacciones con la naturaleza son efectivas para reponer los
recursos atencionales agotados por el alto nivel de exposición a los estímulos
tecnológicos y a la gran cantidad de tareas diarias a las que nos enfrentamos, que
requieren de la función ejecutiva para alternar de una tarea a otra, mantener los
objetivos que nos planteamos e inhibir las acciones irrelevantes.

Quienes viven en las ciudades están expuestos a muchos estímulos repentinos: sirenas,
bocinas, alarmas, televisión, etc., que captan nuestra atención. Cuando salimos a la
calle, el sistema atencional está constantemente alerta a estos estímulos para
protegernos de cualquier amenaza. Los entornos naturales tienden a todo lo contrario,
si bien siempre está alerta, está comprobado que le permiten al sistema atencional
ejecutivo reponerse con mayor facilidad.


En la bella ciudad de Tandil, podemos disfrutar de los Baños de Bosques, como una
práctica que llegó para beneficiarnos a nuestra salud física, emocional, intelectual y
ambiental. ¿Ya hiciste tu inmersión en el Bosque?

Trastorno por Déficit de Naturaleza

Quienes atravesamos nuestra tercera década, seguramente pasamos una niñez y
adolescencia muy diferente a la que hoy en día los niños y niñas tienen. Podemos
recordar jugar tardes enteras en la vereda, andar en bici por horas y pasear por la
naturaleza disfrutando de aventuras inigualables. En éstos días, los chicos sufren
problemas de salud por falta de contacto con la naturaleza. Veamos de qué se trata
esta problemática y cómo la podemos solucionar.


La «teoría del trastorno por déficit de naturaleza» surge a partir de la investigación que
realizó el autor de libros y ensayos, Richard Louv, periodista y divulgador. Se basa en
que los niños pasan más tiempo en ambientes urbanos, en espacios cerrados, a veces
con poca iluminación natural y menos tiempo en espacios naturales. Según Louv, esto
conlleva a alteraciones en la salud, tanto física, mental, emocional y ambiental, entre
las que destaca: problemas de atención, depresión, hiperactividad, ansiedad, estrés,
irritabilidad, disminución de la capacidad creativa y de la función cognitiva, es decir, el
razonamiento. Podemos agregar trastornos en la salud física, como falta de vitamina

D, miopía, asma, obesidad, problemas cardiovasculares; además de tener mayor
dificultad para sociabilizar, gestionar las emociones y menos empatía, por mencionar
algunos de los inconvenientes a los que se enfrentan nuestros niños y niñas.

De a poco, tomamos consciencia a cerca de los beneficios de la atención plena o el
mindfulness, y comienza a incorporarse en las aulas. Así como también, reconocer las
emociones en nosotros mismos y en los demás para poder gestionarlas
productivamente.

Podemos sumar acciones cotidianas que mejorannuestra salud integral:

Tener plantas en todas las habitaciones de la casa. Al dedicar tiempo a
cuidarlas relajamos nuestro sistema atencional de los problemas con los que nos
enfrentamos en esos momentos. Ayuda a la creatividad. Consume el dióxido de
carbono que exhalamos y nos provee de oxigeno para respirar.
Programar actividades al aire libre durante las cuatro estaciones, en una
plaza cercana si no tienen la posibilidad de sumergirse en un bosque. La clave es
prestar atención a los sonidos, los colores, las texturas, los aromas y todas las
sensaciones que la naturaleza nos provee. Con los niños se puede planificar juegos
que los ayude a identificar aves, especies de árboles y sus frutos, y hasta llevar
elementos para realizar alguna decoración o collage en el hogar. Tener en cuenta
de no sacar elementos en los parques protegidos.
Limitar la cantidad de horas que los chicos pasan frente a las pantallas. La
Sociedad de Pediatría Argentina sugiere evitar las pantallas en los bebés, no
exponer más de una hora en niños de 2 a 5 años y de los 6 a los 12 años, no más
de dos horas. A los adolescentes podemos darles herramientas para que puedan
gestionar el uso de forma responsable y educarlos en la responsabilidad.

Los Baños de Bosques son una excelente práctica que ayuda a los niños a conectar con
ellos mismos y con la naturaleza, absorbiendo todos los beneficios que ésta práctica
nos provee. Diferentes estudios demuestran que el contacto habitual y sistemática con
la naturaleza mejora la capacidad receptiva de nuestros sentidos, la gestión de las
emociones, la plasticidad neuronal, la atención y la capacidad de aprendizaje.

Son muchos los motivos para pasar más tiempo conectando con el entorno natural y
lo mejor es que ¡rápidamente podemos sentir los resultados!